miércoles, 20 de julio de 2022

Star Wars Legends: La historia de Starkiller, el aprendiz de Darth Vader

 



Starkiller: Sith y Jedi, imperial y rebelde, villano y héroe, traidor y traicionado, asesino y salvador, hay muchas maneras de describir a este poderosísimo usuario de la Fuerza, quien pasó de servir a los Sith, a iniciar la rebelión que les destruiría. Hoy, en esta sección del Lore de Star Wars Legends, abordaremos la historia de Starkiller. 


El hombre que sería conocido como Starkiller nació en Kashyyyk en el año 21 ABY, con el nombre de Galen Marek. Galen era hijo de Kento Marek, un Caballero Jedi que sirvió a la República durante las Guerras Clon como general Jedi. Durante la guerra, conoció a una Jedi, Mallie, de quien se enamoró, y tras esta quedar embarazada, ambos abandonaron la Orden Jedi para criar a su hijo, Galen, en el planeta Kashyyyk. Pronto, Palpatine declararía el Imperio y ordenaría la ejecución sistemática de los Jedi, por lo que tanto Kento como Mallie se ocultarían en Kashyyyk, protegiendo a su nuevo hijo ahora del Imperio. Mallie moriría defendiendo a unos wookies de unos esclavistas Trandoshanos, y Darth Vader descubriría la ubicación de Kento Marek un año después de la declaración del Imperio. Vader invadiría Kashyyyk, junto con una legión de soldados de asalto, con el objetivo de asesinar a Kento. Tras un breve duelo, cuando el Lord Sith se disponía a dar el golpe final a Kento, su sable de luz fue atraído por un extraño ser. Galen Marek, de solo tres años, había conseguido desarrollar un suficiente poder en la Fuerza como para rivalizar con Darth Vader, por lo que este, sorprendido, decidió dejar vivo al niño y secuestrarle para futuros planes.
 
En los siguientes años, Galen Marek olvidaría su verdadera identidad, y se le otorgaría un nuevo nombre, Starkiller. Fue instalado en el superdestructor estelar de Darth Vader, el Ejecutor, y fue sometido a un entrenamiento Sith, que consistía en tortura, y en vencer a su debilidad con su odio. Apenas le enseñaron sobre la Fuerza, ya que Vader quería que su aprendiz fuera desarrollando sus poderes por sí solo, alimentado con su ira. A Starkiller en cierto momento se le entregó un droide de entrenamiento, en el futuro conocido como Proxy, que creaba una proyección holográfica de un contrincante, y simulaba un sable de luz. Proxy, estaba programado con la intención de atacar a Starkiller, y ponerle a prueba en los momentos en los que más desprevenido estaba. Proxy también estaba programado para torturar a Starkiller, por ejemplo, cuando Vader le encargó crear su sable de luz, Proxy le impidió comer a Starkiller hasta que no lo hubiera construido telequinéticamente. 



Starkiller continuaría entrenando de forma muy dura en los caminos de los Sith, y empezaría a ser enviado a misiones por orden de Vader, como asesinar a traidores imperiales, entre otros. Siendo cada vez más exitoso, recibiría una nueva nave: la Sombra Furtiva, junto con un piloto imperial, siendo enviado ahora a más misiones alrededor de la galaxia, como Malastere o Duro. Con el tiempo, Vader iba ejecutando a los pilotos que le acompañaban por falta de eficiencia, a diferencia de lo que ocurría con Starkiller, de quien Vader cada vez estaba más orgulloso. Entonces, llegado el momento, Vader citó a Starkiller y le pidió que se arrodillará ante él. Entonces le declaró su nuevo aprendiz y candidato a Lord Oscuro de los Sith. También, recibió una nueva pilota imperial, Juno Eclipse, quien en un futuro sería una importante persona para la vida de Starkiller. 



Para el año 2 ABY, la mayoría de los Inquisidores Imperiales habían sido asesinados, había una incipiente rebelión en mundos como Lothal, y los supervivientes Jedi no disminuían. Entonces, Vader decidió sacar a la luz a su nuevo aprendiz. Starkiller fue enviado a su primera misión importante, debía asesinar al General Rahm Kota, un Jedi superviviente a la Orden 66, quien, a diferencia de otros que se ocultaron del Imperio, tenía una flota y atacaba abiertamente objetivos imperiales. Starkiller fue a Nar Shaddaa, con ordenes no solo de matar a los disidentes y a Rahm Kota, también debía matar las tropas imperiales, para mantener su identidad en secreto. Starkiller enfrentó en un duelo de sables de luz al General Rahm Kota, y después de cegarlo con el choque de plasmas entre ambos sables, una explosión sacudió la sala, y Rahm Kota cayó sobre el planeta Nar Shaddaa. Starkiller dio por muerto al General Jedi y regresó victorioso ante Lord Vader, entregándole el sable de luz del Jedi.


Sin embargo, aunque ya había sido proclamado como aprendiz, Starkiller todavía tenía que enfrentar más pruebas. Fue enviado por Darth Vader al Templo Jedi de Coruscant, y tras enfrentar a la Guardia Real que protegía el abandonado Templo, enfrentó a una proyección holográfica de entrenamiento del Lord Sith Darth Desoulous. Desolous fue un antiguo Jedi caído al lado oscuro de la especie de los Pau'an, nacidos en Utapau, que se convirtió en un Lord Sith hasta que cayó derrotado. Este Sith había vivido en la Época de la Antigua República, un siglo después del Saqueo del Templo Jedi a manos de Darth Malgus. Starkiller enfrentó a la proyección del Lord Sith, y lo eliminó, superando al fin esa prueba de Darth Vader.



Sin embargo, sus misiones no habían hecho más que empezar. Poco después, Starkiller fue enviado a Raxus Prime a luchar contra el Jedi superviviente Kazdan Paratus. En la búsqueda en el planeta vertedero, Starkiller encontró a Paratus en una construcción que imitaba al Templo Jedi. Tras enfrentar a un grupo de mercenarios, Starkiller venció a Kazdan en un duelo de sables de luz y lo asesinó, regresando exitoso de su segunda misión en la que le ordenaban cazar Jedi.



Sin embargo, Vader volvió a enviar a Starkiller al Templo Jedi, donde pasó una de sus últimas pruebas. Enfrentó a la proyección de Darth Phobos, una Sith de la era de la Antigua República. Sin embargo, no le fue fácil vencer a la proyección, ya que esta se transformaba en Juno Eclipse. Starkiller tuvo que poner a prueba sus apegos para vencer a la proyección, y superar la prueba de Darth Vader.



Vader, orgulloso de su aprendiz, decidió enviarlo al fin a una misión mucho más importante. Una superviviente de la Orden 66, que había formado parte del Consejo Jedi, Shaak Ti, estaba viva en Felucia. Después de luchar contra los nativos de Felucia y la fauna local, Starkiller inició un duelo de sables de luz frente a Shaak Ti. Aunque Starkiller venció, Shaak Ti le dijo a Starkiller que pronto sería traicionado por los Sith, y que él no era más que el esclavo de Vader. Después de esto, Shaak Ti se arrojó al vacío y murió.



Después de su éxito frente a Shaak Ti, Vader se puso en contacto con Starkiller, y le pidió que se reuniera con él. Había llegado el momento de que se rebelaran contra el Emperador y gobernaran la galaxia. Starkiller llegó al Ejecutor. Sin embargo, Vader no había decidido sublevarse en ese momento, habían sido los espías del Emperador quienes habían descubierto a Starkiller. Antes de que Starkiller reflexionara el significado de esas palabras, el Emperador entró en la sala. Vader, en ese instante, atravesó a Starkiller con su sable de luz. El Emperador, entonces, le exigió a Vader matar a Starkiller, y después de golpearlo una y otra vez, fue arrojado al vacío del espacio. El Emperador dio por muerto al aprendiz en ese momento, aunque todo formaba parte del plan de Vader. Vader no había dañado los órganos vitales de Starkiller, y había ordenado recoger su cuerpo moribundo en el espacio. Después de sanarle, Vader le comunicó a su aprendiz lo que realmente significaba su traición. Vader quería que el Emperador diera por muerto a Starkiller, y mientras tanto, Starkiller debía unir a los enemigos del Emperador para iniciar una rebelión que debilitara al Imperio. Así, en el momento en el que el Emperador más débil estuviera, ambos le matarían y se harían con el poder del Imperio. Juno Eclipse fue encarcelada después de la "muerte" de Starkiller, pero Starkiller se las arregló para liberarla, y ambos pusieron rumbo a Nar Shaddaa, para buscar al General Rahm Kota, quien podría seguir vivo. Sin embargo, Starkiller no le contó a Juno sus verdaderos planes.

Starkiller persiguió a Rahm Kota por toda la galaxia, hasta hallarlo en una cantina en la Ciudad de las Nubes, Bespin. Starkiller convenció a Rahm Kota de que todavía había oportunidad de luchar contra el Imperio. Después de enfrentar a las Fuerzas Imperial que habían allí presentes, Starkiller y su nuevo aliado escaparon de la ciudad.



Fue en ese momento, en el que el instinto hizo que Starkiller volviera al Templo Jedi de Coruscant para enfrentar su última prueba. Starkiller se encontró en la antigua sala del Consejo Jedi a un Jedi renegado encapuchado, y tras un duelo de sables de luz, Starkiller vencería a su rival y lo asesinaría. Entonces, realmente el Jedi renegado reveló no ser más que una visión de Kento Marek, el padre de Starkiller, pidiéndole disculpas en un último aliento.



Después de ese enfrentamiento, Starkiller puso rumbo a Kashyyyk, donde Rahm Kota le había dicho que encontraría uno de sus contactos en el Senado Imperial que estaba en contra del Emperador. Starkiller enfrentó a la milicia local, ayudado por unos insurgentes wookiees, y encontró a Leia Organa, quien había sido capturada por el Imperio. Después de ser salvada, Rahm Kota le informó a Starkiller que realmente su contacto era el padre de Leia, Bail Organa, quien se encontraba prisionero en Felucia. Bail Organa le había pedido a Kota que la ayudara a salvar a su hija, pero ante la negativa de este, había puesto rumbo a Felucia, buscando a la ya muerta Shaak Ti, pero no había regresado de la misión. Starkiller, entonces, debía salvar a Bail Organa para iniciar la rebelión desde el Senado.



En Felucia, Starkiller se dio cuenta que el equilibrio que sostenía el planeta había desaparecido tras la muerte de Shaak Ti, y el mundo se precipitaba hacia la oscuridad. Bail Organa estaba prisionero a manos de Maris Brood, la padawan de Shaak Ti, quien tras su muerte, se había vuelto loca y había caído al reverso tenebroso, corrompiendo el mundo de Felucia. Starkiller liberó a Bail, y enfrentó a Maris en un duelo de sables de luz. Starkiller se impuso, venciendo a Maris Brood con sus rayos de fuerza. Sin embargo, y para sorpresa del senador Organa, mostró misericordia, y la dejó marchar si ella se alejaba del reverso tenebroso.

Después de liberar al senador de Alderaan, Starkiller se volvió a comunicar con Vader. Sin embargo, Juno descubrió la conversación, y confrontó a Starkiller moralmente. Juno no sabía que la rebelión que Starkiller estaba formando fue planeada por el Lord Oscuro, pero aun así siguió los planes de Starkiller. En la trasmisión, Vader le indicó a Starkiller que debía destruir el simbolismo del miedo que el Imperio imponía, y le pidió que atacara los astilleros de Raxus Prime.



El ataque a Raxus no fue fácil, ya que el Imperio estaba altamente presente en esos astilleros de Destructores Estelares, por lo que Starkiller tuvo que enfrentar a todo tipo de soldados imperiales. Finalmente, consiguió hacer estallar los astilleros, pero uno de los destructores sobrevivió a la explosión. Mientras se precipitaba sobre Raxus, Rahm Kota le indicó a Starkiller que debía detenerlo con la Fuerza. Siguiendo la premisa de que el tamaño no importa, Starkiller usó su Fuerza para detener el Destructor Estelar y estrellarlo a un lado de la posición donde estaba, dando lugar a una de las mayores demostraciones del poder de la Fuerza en la historia de la galaxia.




Después de la demostración de poder en Raxus Prime, Rahm Kota le pidió al senador Garm Bel Iblis de Corellia una reunión en la Ciudad de las Nubes. Bel Iblis hablaba públicamente en contra del Imperio, por lo que sería un gran aliado para la rebelión. Sin embargo, Bel Iblis encontró la Ciudad de las Nubes invadida por un grupo de delincuentes, liderados por el mandaloriano Chop'aa Notimo. Starkiller tuvo que enfrentar a los sindicatos criminales para rescatar al senador Bel Iblis, y le ayudó a Lobot, el administrador de la ciudad, a liberar Bespin del grupo criminal. Starkiller finalmente asesinó a Chop'aa y liberó al senador Bel Iblis.



Después de liberar a Bel Iblis, Bail Organa convocó una reunión en Corellia. Allí, acudieron tanto Starkiller, Rahm Kota, Bail Organa, Mon Mothma y Garm Bel Iblis. Allí, se declaró la formación oficial de una Alianza para Restaurar la República, también conocida como la Alianza Rebelde. Bail Organa financiaría la rebelión, Mon Mothma proporcionaría un grupo de soldados, y Garm Bel Iblis el equipo militar, con el objetivo de un día hacer caer el régimen de Palpatine, en lo que se conoce como el Tratado Corelliano. Sin embargo, en ese momento, un ataque imperial comenzó sobre Corellia, dirigido por Darth Vader. Starkiller se sorpendió al ver que Vader había actuado y no había cumplido con su promesa de aprovecharse de la rebelión. Tras capturar a los tres líderes rebeldes, Darth Vader confrontó a su aprendiz. Starkiller le reprochó no cumplir con la promesa, pero Vader le dijo que él nunca fue una opción con quien aliarse para derrocar al Emperador, y que su misión solo consistía en juntar a los principales opositores del Imperio para que fueran capturados. Starkiller solo sobrevivió gracias al sacrificio de Proxy, quien se hizo pasar por una proyección de Obi-Wan Kenobi y enfrentó a Vader, siendo destruido. Ese breve momento lo aprovechó Starkiller para huir, arrojándose por un acantilado. 

Tras la marcha del Imperio, Starkiller se reunió con Juno Eclipse. Starkiller había sido traicionado, y ahora no sabía a quien debía ayudar. Decidió, entonces, intentar buscar a los líderes rebeldes capturados. Después de meditar, descubrió que se encontraban en una estación espacial, todavía en construcción, en el futuro conocida como la Estrella de la Muerte. Starkiller y Juno pusieron en marcha el Sombra Furtiva para infiltrarse en la estación de batalla. Starkiller, además, decidió rechazar su nombre puesto por su antiguo maestro, y recuperar su nombre de nacimiento, Galen Marek.



Galen llegó a la Estrella de la Muerte en el Sombra Furtiva, y después de despedirse con un beso de Juno Eclipse, saltó hacia la estación, sabiendo que esta misión le podía costar la vida. Mientras Galen avanzaba, el Emperador estaba en la Sala del Trono, y les aseguraba a los líderes rebeldes mediante sus clásicos monólogos que sufrirían una larga y dolorosa muerte. Cuando Galen llegó, el Emperador envió a Darth Vader a hacerse cargo de él. Tras un largo combate en los alrededores de la sala del trono, Starkiller demostró ser mucho más poderoso que Darth Vader, hiriéndole durante la batalla en multitud de ocasiones, hasta finalmente arrancarle el casco. A falta del golpe final, el Emperador, sorprendido por la victoria de Galen, le ofreció asesinar a Darth Vader y ocupar su lugar. Sin embargo, ese momento fue interrumpido por Rahm Kota, quien atrajo el sable de luz del Emperador y decidió confrontarle, encontrándose con una larga descarga de rayos de la Fuerza. Entonces, Galen decidió luchar contra el Emperador para salvar a Rahm Kota. Mientras usaba toda su Fuerza para contener los rayos del Emperador, les dijo a los líderes rebeldes y a Rahm Kota que huyeran de la estación. Finalmente, la acumulación de Fuerza contenida y desatada llegó a un punto sin retorno, lo que generó una explosión en la Sala del Trono. 



Para cuando la explosión se disipó, los líderes rebeldes habían huido en el Sombra Furtiva, y tanto el Emperador como Vader observaron el cadáver de Galen Marek, quien un día había sido Starkiller, el aprendiz de Vader. El Emperador lamentó el final de Galen, ya que debía ayudar a destruir a los rebeldes, no inspirarlos con su sacrificio. Ahora, los rebeldes se impulsaban con una poderosa arma con el que ni el Emperador podía lidiar: la esperanza. El Emperador le otorgó a Vader una única misión, acabar con todos los rebeldes que habían creado involuntariamente. Si no lo hacía, esa rebelión podía significar el fin del Imperio, lo que irónicamente, acabaría ocurriendo.



Mientras tanto, los líderes llegaron a Kashyyyk, donde, más esperanzados que nunca, decidieron reorganizarse. Leia Organa propuso buscar un símbolo que les guiara en su lucha, y decidió usar el símbolo de la Casa Marek, para simbolizar la rebelión, y honrar el legado de Galen.



Sin embargo, el legado de Starkiller no acabó aquí. Vader intentó clonar a su antiguo aprendiz, sin embargo, el único clon exitoso acabó atormentado por los recuerdos de un hombre muerto, y decidió unirse a la rebelión. Por lo tanto, Vader nunca consiguió que Starkiller o alguien con su poder le pudiera servir al Imperio.

Y aquí termina la historia de uno de los personajes más importantes de Star Wars que no aparece en películas. Si queréis saber más sobre otros personajes similares, dejádmelo en los comentarios. Yo me despido, que la fuerza os acompañe.






1 comentario:

  1. ¿Qué tal bloguero?. Espero que las vacaciones se estén dando bien y que estén siendo un periodo luminoso antes de que vuelvan los tiempos oscuros del invierno.
    El personaje de Starkiller es muy interesante. Hijo de dos Jedi, normal que desde pequeñito se mostrase “especial”, revolviéndose ante el mismísimo Darth Vader con solo ¡tres años!. Eso si que es precocidad. Aunque no parece que los midiclorianos o lo que sea se transmita de una generación a otra, ¿no?. ¿O si?. Bueno, quizás eso sería tema para otro post.
    Lo malo es que sorprendió tanto al Sith que lo adoptó. Y ¿que podría ser peor que ser adoptado por el “padre oscuro”?. Preferiría que me adoptase una pareja de Gungans. Ser criado a base de torturas, alimentando tu ira y teniendo como mascota un droide sádico en vez de un hámster no es lo que consideraríamos una infancia feliz, desde luego.
    Pero parece ser que al jovencito le gustaba esa vida y progresó adecuadamente, de forma que papá estaba cada día más orgulloso de él. Tanto, que a los 19 añitos ya fue enviado como aprendiz a una misión importante (asesinar, claro). Y cumplió su misión con eficacia, o al menos eso creyó. Después fue enviado a cometer más asesinatos, cosa que también hizo de forma irreprochable, pues parece ser que se le daba bastante bien, lo que acabó de convencer al Lord Oscuro. Y lo incluyó en su complicado plan para derrocar al emperador y gobernar la galaxia, plan en el que él jugaría un papel fundamental. Se me ha hecho un poco lioso eso de que los espías le tienden una trampa, Darth Vader lo mata pero no lo mata, el emperador lo da por muerto y tal, pero en esa galaxia nada es sencillo, y si viene del universo expandido menos. ¡Con lo sencillo que hacen las cosas los de la factoría del ratoncito!.
    La trama contra el imperio está muy bien, con todas las intrigas políticas de por medio y Leia y su padre involucrados en él. Y ya se ve un atisbo de humanidad en Strkiller cuando perdona a Maris Brood. Tanta sangre Jedi corriendo por las venas tenía que acabar manifestándose, la educación al estilo victoriano no puede ocultar completamente lo que uno es.
    Pero menos mal que siguió adelante con el plan de Vader, al menos por el momento, porque si no nos hubiésemos perdido uno de los momentos cumbre de la historia de esa galaxia y de todas las galaxias existentes en este universo y en el resto de universos que pueda haber. La destrucción en Raxus del destructor estelar con la ayuda solamente de la fuerza, ejecutada con la misma facilidad con la que Obi Wan convenció a aquellos soldados de que “esos no eran los droides que buscaban”. Impresionante acción que deja a la altura del barro cualquier otra exhibición de control sobre la fuerza que se haya visto. Bueno, quizás exceptuando el virtuosismo con que maneja Rey el sable de luz la primera vez que tiene uno en la manos. Pero eso nunca pasó, ¿no?.
    Pero si la lealtad hacia Vader hacía que tuviese alguna duda en seguirle o no en el camino por el lado oscuro, el propio Lord hizo que no tuviese que elegir entre el bien y el mal. Tomo la decisión por él, traicionándolo y siguiendo fiel al emperador, al menos de momento (cambia mucho de opinión Darth Vader, ¿no?. Muy inseguro para ser un Lord Sith me parece a mi). Bueno, el caso es que hace su aparición de nuevo Glen Marek, el hijo de dos Jedi, y desaparece Starkiller, el pupilo de Darth Vader y uno de los asesinos más sanguinarios de la galaxia. A veces resulta curiosa la facilidad con que los personajes de Star Wars pasan del mal absoluto al extremo contrario, convirtiéndose en paladines de la justicia y la libertad y dando la vida por sus semejantes. Aunque también es cierto que otros recorren el camino contrario con la misma soltura, claro.
    Bueno, y termino mi comentario, que me estoy enrollando muchísimo. El final, de lo más épico de la saga. En serio. Digno de estar en una serie o incluso en una película. Star Wars en estado puro. El sacrificio de uno por el bien de muchos, la esperanza que hace crecer la acción heroica en el corazón de toda una galaxia. Pura épica y Star Wars, repito.

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